miércoles, 17 de octubre de 2007

El cuerpo que tomó en mí


Destierro a la mente
esa que aguijaba
y me hacía creer
que era yo la que pensaba

Encierro el tiempo
todo aquel en el que no he estado
por haber atendido
al evasor de mis presentes

No soy yo quien martilla
sin agotar el intento
de la escapada al momento
en el que mi esencia pierdo

Saludo hoy al verdugo
que ha vivido en mí desde que existo
hoy despierto a su lobreguez


Busco aquel rostro
El semblante al que se parecía mi cara
Antes de que el mundo que conozco haya sido creado
por la mente que hoy me ataca

Mente mía no eres yo,
me repito como calmante
de que acallé la voz tuya
desde que decidí ignorarte.

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